Durante los últimos años hablar de clima se ha hecho muy común entre quienes como seres humanos compartimos este planeta. Y ello lo digo por la honda preocupación que en muchos sectores de la sociedad se siente. Estos hechos se manifiestan en la ola de calor que ha estado azotado a regiones cuya temperatura jamás en otros tiempos había sido como ahora. La escasez de agua, el incremento de los incendios forestales, la permanencia de la contaminación atmosférica y la desertificación son fantasmas que, poco a poco, se materializan en nuestras latitudes. Los científicos coinciden en que las últimas catástrofes naturales tienen un punto en común, que es el calentamiento global del Planeta. Sequía en Japón en 1994, inundaciones en China, Estados Unidos y Centroeuropa, y modificaciones de regímenes de lluvia en Centroamérica, son algunas consecuencias del cambio climático.
La tierra ha manifestado elevadas temperaturas durante los últimos 10 años y con una tendencia rápida. Cada vez se observa como los congelamientos invernales ocurren más tarde y finalizan más temprano, afectando desde el punto de vista ecológico la vida de ciertos animales como los osos polares, focas y pingüinos.
Hay problemas serios que deben llamarnos a la reflexión y lograr así acuerdos para revertir esta situación mundial de la cual todos somos víctimas.
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